Big Bang Love, Juvenile A: Belleza y provocación

Takashi Miike (Audition, Llamada perdida) es un director tan desigual como interesante. Después de la desechable Llamada perdida, Miike (Osaka, 1960) presenta un trabajo mucho más personal e intimista en el que la exploración formal y temática están estrechamente vinculadas.

Difícil, descarnada, violenta, críptica, Big Bang Love, Juvenile A es una adaptación de la novela Shounen A Erejii, de Ato Masaki. Se cuenta una platónica historia de amor entre dos presos -encarcelados tras cometer sendos delitos- que va creciendo a través de los silencios, los gestos y los símbolos.

El realizador muestra gran pericia en la presentación de los personajes, que se limita a su apariencia y vestimenta, para desde ese punto determinado ir desarrollando el perfil psicológico, a medida que se desarrolla la investigación de un crimen cometido en el recinto penitenciario. El hombre brutal, criminal reconocido –Shiro– se presenta vestido de blanco y con un pañuelo rojo en el bolsillo de la chaqueta, símbolo ulterior de la premeditación de sus actos.

En oposición se nos muestra a Jun -asesino involuntario-, igualmente vestido de blanco con la salvedad de que su ropa está impregnada de sangre por doquier, metáfora del arrebato homicida y sanguinario. Tras el arranque altamente codificado y la presentación de personajes, Miike irá diseminando múltiples símbolos y subtemas que harán tan compleja como intensa la lectura del largometraje.

Las mariposas, el cohete, la pirámide maya, los colores, los tatuajes, los fantasmas, la atemporalidad y el minimalismo espacial contribuirán a ahondar en los presupuestos del filme. Big Bang Love, Juvenile A rinde tributo plástico a Dogville, de Lars Von Trier, al apostar por la escenografía mínima, los contrastes entre blanco y negro, y la continua sensación de escenario que los propios personajes contribuyen a crear con sus interpretaciones.

Temáticamente, Miike se acerca a la obra más reciente de Wong Kar Wai, concretamente 2046. La fragmentación de relato e intertitulado, así como algunos de los temas que plantea, se acercan a la última película de Kar Wai. El paso del tiempo o la ausencia de su transcurso, el amor inalcanzable o la búsqueda de la poesía a través de determinados planos le emparentan con el directo hongkonés y se plasma de forma concisa en el título original de la película, 46 okunen no koi (46 billones de años de amor).

La pretensión de belleza formal contrasta con la violencia y provocación verbal en lo relativo a la sexualidad de los personajes, así como la violencia física que en los casos in extremis será narrada fuera de campo. En el plano técnico, Big Bang Love, Juvenile A queda descompensada por la contraposición de la sobriedad de los interiores y el pastiche de irrealidad de sus exteriores -muy probablemente buscada expresamente.

La aparición de un fantasma que parece sacado de la ya mencionada Llamada perdida y la verdadera causa de la muerte del preso -verosímil argumentalmente pero improbable físicamente-, merman los aciertos y los juegos formales que expone Takashi Miike. No obstante, las pretensiones estéticas de la película quedan atenuadas por la baja calidad de la filmación y proyección en formato DVD, dentro del proyecto «En cine x 14 días», una iniciativa de Notro Films que exhibe películas minoritarias en dos salas (Madrid y Barcelona).

Quizá Notro debiera contemplar la posibilidad de proyectar esas películas con copias de 35 mm., en beneficio de los espectadores de cine, que pueden comprar a la salida el DVD de esas películas, que no han tenido estreno comercial en España.

Ficha Técnica

  • Fotografía: Masato Kaneko
  • Montaje: Yasushi Shimamura
  • Duración: 85 min.
  • Público adecuado: +18 años (VS-D)
  • Distribuidora: Notro
  • Japón (46 Okunen no Koi), 2006
  • Estreno: 17.11.2006
Suscríbete a la revista FilaSiete