El niño de barro: El Petiso Orejudo

A principios del siglo XX, una serie de brutales asesinatos de niños conmocionó a la ciudad de Buenos Aires. Con el paso del tiempo, el culpable de estos crímenes pasó a ser conocido en todo el mundo como uno de los más irracionales asesinos en serie de la historia.

Con este arriesgadísimo argumento, el español Jorge Algora se ha tirado al vacío en una ópera prima con un presupuesto de 3 millones de euros (que su esfuerzo le ha costado conseguir a juzgar por los larguísimos créditos iniciales de agradecimiento). Y el resultado final tiene muchas luces, a pesar de que la historia no puede ser más oscura.

- Anuncio -

Lo más elogiable de El niño de barro es la dirección de actores. Aparte de los ya consagrados (Verdú, Freire, Lera) sorprenden los actores más jóvenes por su expresividad y naturalidad en registros muy complejos (inocencia perdida, crueldad infantil, locura…). En este sentido Juan Ciancio y Abel Ayala bordan dos papeles complejísimos, muy matizados en sus gestos y a la vez contenidos.

Por otro lado la historia, bien compleja y truculenta, está contada con elegancia (recurriendo a la elipsis y a los sonidos en off que sugieren al espectador). Los personajes están bien retratados y la trama avanza a buen ritmo desvelando gradualmente la investigación policial.

Hay cosas que convencen menos, como la música (algo «draculera» y quizá demasiado constante) y el tono excesivamente fatalista-nihilista.

Ficha Técnica

  • Fotografía: Suso Bello
  • Montaje: Rita Romero
  • Música: Silvia Amador García
  • Duración: 103 min.
  • Público adecuado: +18 años (VX)
  • Distribuidora: Filmax
  • Argentina, 2007
  • Estreno: 18.5.2007
Suscríbete a la revista FilaSiete